Siqueiros en Sudamérica: Montevideo y Buenos Aires
David Alfaro Siqueiros llegó a Montevideo el 8 de febrero de 1933, donde permaneció hasta fines de mayo de ese año.70 No era una ciudad desconocida para él; su primera visita fue en 1929, en el marco del Congreso Sindical Latinoamericano.
Por Guillermina Guadarrama Peña
Siqueiros en Sudamérica: Montevideo y Buenos Aires
Desde abril del año anterior los diarios uruguayos anunciaban su llegada,71 basados en la información que había enviado Vicente Lombardo Toledano. La noticia causó expectación en el medio artístico, porque ya se conocían los experimentos que el artista estaba realizando en Estados Unidos. Blanca Luz Brum también había colaborado en el camino hacia Montevideo. Desde 1930 había escrito a sus amigos del Círculo de Bellas Artes para que Uruguay fuera el primer país del sur que recibiera a “tan maravilloso artista”.72 El comité de bienvenida estuvo integrado por creadores plásticos, arquitectos y escritores, encabezados por Luis Eduardo Pombo, crítico de arte y periodista, amigo personal de Brum.
El ambiente político era de tensión, al grado que un mes después, el presidente electo, general Gabriel Terra, dio un golpe de Estado e instauró una dictadura. Siqueiros anunció su presencia al Partido Comunista de ese país (PCU) pero no obtuvo respuesta. En una segunda misiva del 1 de marzo notificó sus propósitos: “[…] vengo a formar ‘El Bloque de pintores, sección Montevideo’ […] vengo a dar conferencias sobre la pintura de agitación y propaganda. Si tengo aquí la oportunidad de pintar un muro, haré lo mismo que hice en California”.73
Aunque el PCU no hizo ninguna referencia a la presencia del artista mexicano, éste mantuvo vínculos personales con algunos miembros de ese partido y se dedicó a promover el muralismo. Su reciente experiencia en Los Ángeles lo motivó para convocar a un movimiento similar: el Círculo de Bellas Artes asumió la propuesta y el 10 de marzo de 1933 lanzó una convocatoria abierta firmada por noventa y cinco personas para una reunión donde se fijarían las bases del movimiento. El encuentro no se concretó por diferencias ideológicas, sin embargo, Siqueiros no cejó en su empeño de conformar colectivos.
A mediados de mayo fundó la Confederación de Trabajadores Intelectuales del Uruguay (CTIU),74 pero no se dedicó a la creación mural sino a conferencias, exposiciones y teatro “revolucionario”. Tres conferencias se programaron en el Círculo de Bellas Artes, las dos primeras versaron sobre sus experiencias murales en México y Estados Unidos, y la tercera sobre arquitectura y escultura.75
El día 15 de marzo se inauguró una exposición en ese mismo lugar. Pese a que no pudo ejecutar murales en ese país, Siqueiros sí experimentó con pinturas sintéticas junto con Guillermo Laborde, docente del Círculo de Bellas Artes, quien trabajaba con ese tipo de materiales.76
Una de las obras más conocidas de esa etapa es Víctima proletaria (en la China nacionalista), en la que mostró las torturas del capitalismo a las sociedades comunistas en una magistral figura femenina atada y maltratada. Sus ideas y aportaciones plásticas fueron publicadas tanto en la prensa uruguaya como en el diario Crítica de Buenos Aires gracias al apoyo que otorgó Pombo, a su vez amigo de Laborde. Pero el muralista también creó sus propios espacios y fundó junto con Blanca Luz la revista Aportación,77 su última actividad en ese país: el primer número se publicó cuando el pintor ya se encontraba en Argentina, a donde llegó sin su esposa. Algunas versiones apuntan que su salida obedeció a que el gobierno uruguayo lo expulsó por participar activamente en la marcha del 1 de mayo, otras anotan que no estuvo en la mencionada marcha, ya que sus amigos lo encerraron.78
Siqueiros llegó a Argentina el 25 de mayo de 1933 a invitación de dos personajes en el ámbito de la cultura: la escritora Victoria Ocampo, presidenta de la Asociación de Amigos del Arte, y el pintor Luis Falcini, director del Museo Municipal de Bellas Artes en Buenos Aires. La primera estableció contacto con él desde que estaba en Estados Unidos para impartir tres conferencias y efectuar una exposición.79
El segundo conoció al artista mexicano en Uruguay y desde ese momento impulsó la visita. En la capital argentina había interés por conocer a Siqueiros a partir de que los críticos de arte europeos hacían referencia constante a su obra y a sus murales de Estados Unidos. Pero la situación política no era la misma que en Uruguay, “Buenos Aires era un verdadero hervidero político y no había peor lugar en el continente para abrir la boca con ideas de izquierda […]”.80
El preámbulo en Uruguay influyó en cierta medida a la comunidad artística argentina, de manera que cinco días después de la llegada, los pintores Lino Eneas Spilimbergo y Luis Falcini realizaron una asamblea para formar el Sindicato de Artistas Plásticos, el cual se integró con treinta miembros. La Asociación Amigos del Arte prestó sus instalaciones para las conferencias y la exposición, inaugurada el 1 de junio.81
Los conceptos vertidos en sus conferencias tuvieron recepciones encontradas. Mientras algunos críticos y artistas de Amigos del Arte decidieron suspender su tercera charla por haber confrontado sus ideas,82 sus seguidores consiguieron las salas de Signo, espacio artístico ubicado en el subsuelo del Hotel Castelar de la Avenida de Mayo, dirigido por el crítico Leonardo Estoricio, para continuar con las conferencias que reiniciaron el 21 de junio. Sus postulados generaron que, al mes siguiente, en la ciudad de Rosario, el pintor Antonio Berni y otros artistas fundaran la Escuela Taller Mutualidad Popular de Estudiantes y Artistas Plásticos. Siqueiros, además, impartió conferencias en la Biblioteca y el Salón de Arte de la Escuela Normal número 2.
Guillermina Guadarrama Peña
Fuente bibliográfica: Guillermina Guadarrama Peña “La ruta de Siqueiros. Etapas de su obra mural” ISBN: 978-607-605-030-9 (México: Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, 2010), 59-61
Notas:
70 Aun cuando Tibol asegura que Siqueiros estuvo hasta junio, Gabriel Peluffo Linari anotó que el 1 de junio ya se encontraba en Buenos Aires dictando una conferencia en la Asociación Amigos del Arte, en “Siqueiros en el Río de la Plata”, Otras rutas hacia Siqueiros, op. cit., p. 208.
71 Gabriel Peluffo Linari, “Siqueiros en el Río de la Plata”, Otras rutas hacia Siqueiros, op. cit., p. 209.
72 Carta de Blanca Luz Brum, citada por Gabriel Peluffo, op. cit., p. 224. En Héctor Mendizábal y Daniel Schávelzon, Ejercicio plástico. El mural de Siquieros en la Argentina, Buenos Aires, El Ateneo, p. 55-56, se dice que ella lo planeó así para llegar a su país y poder separarse de Siqueiros, por lo que estos autores consideran forzado este recibimiento.
73 David Alfaro Siqueiros, “Informe a los comunistas…”, en Raquel Tibol, Palabras de Siqueiros, op. cit., p. 82.
74 Idem. Siqueiros redactó la Declaración de Principios de esa Confederación.
75 Existen dos versiones sobre el número de conferencias de Siqueiros en el Círculo de Bellas Artes. Raquel Tibol, David Alfaro Siqueiros, op. cit., dice que fueron cuatro, dos en febrero en ese lugar, la tercera en marzo “en el estudio de pintura que dirigían los pintores Bellini, Aguerre y el escultor Peña”, y la cuarta en el Salón de Actos de la Universidad Mayor. Por su parte, Gabriel Peluffo en “Siqueiros en el Río…”, op. cit., cita que las tres conferencias fueron en El Círculo.
76 David Alfaro Siqueiros, “Carta a Labor- de”, 20 de noviembre de 1933: “Compa- ñero Laborde, […] segundo favor, que me mande decir el nombre exacto de los colores para autos que usted tan amablemente arregló para mí y también, de ser posible que pida para mí la dirección de la agencia de esos colores en caso de que exista”, citado por Raquel Tibol, Palabras de Siqueiros, op. cit., pp. 101-102.
77 La revista fue financiada parcialmente por las ventas de las fotos de los murales de Siqueiros, de acuerdo con Gabriel Peluffo, op. cit., p. 211.
78 Raquel Tibol anota la primera versión en David Alfaro Siqueiros, op. cit., pp. 48- 49, pero Peluffo y Pacheco en Otras rutas hacia Siqueiros, op. cit., apuntan la segunda versión. Ese viaje también fue por el rompimiento entre Siqueiros y Blanca Luz.
79 Tibol y Pacheco coinciden en que fue a invitación de Victoria Ocampo que Siqueiros llegó a Argentina. El segundo comenta que ella estuvo durante un año en comunicación con el pintor mexicano estudiando la posibilidad de viajar a Buenos Aires. Otros autores mencionan que Luis Falcini, director del Museo Municipal de Bellas Artes de Buenos Aires, fue quien lo invitó a Argentina, desde Uruguay. También Oliverio Girondo aseguraba que él fue el intermediario entre Ocampo y Siqueiros cuando lo conoció en París y éste le pidió su intervención durante los dos días que estuvo en Bue- nos Aires antes de ir a Montevideo. Héctor Mendizábal y Daniel Schálvezon, op. cit.
80 Ibidem, p. 93.
81 Se asegura que esa asociación era de derecha, pero desconocían el temperamento e ideología del artista. Idem.
82 Raquel Tibol, Siqueiros introductor de realidades, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1961, pp. 58-59, anota que el general Justo, presidente de Argentina, “alarmado por la agitación que siempre producían todos los actos y escritos de Siqueiros, lo encarceló como medida preventiva y toleró su permanencia en el país con la condición estricta de que se abstuviera de cualquier actividad pública”. Dato que sólo consigna esta autora.
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